La unión con Jesus en su Cruz, hace la fuerza. Entre menos se oponga la voluntad propia a la voluntad divina, mejor se vive en comunión con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.
La Santísima Trinidad nos pone el ejemplo (por decir) de como proceder en la unidad con el prójimo. Siempre y cuando obremos con corazones sinceros y entregados al servicio de la Iglesia, la presencia de Dios se manifestará a cada momento y en todo lugar... La esencia del amor se respira cuando unidos trabajamos los unos con los otros.