Al agradecer estos momentos permitidos por mi Señor, recobro un poco de fuerza al andar.
En la voz del silencio se percibe lo grande de su Ser.
Es suficiente.
Es Amor.
En la nada se nos dice todo.
A solas me encuentro pero no logro escuchar.
¿Acaso es necesario callar?
¿Acaso la necesidad que me ahoga, hasta alli ha de permanecer por siempre?
¿Simple y sencillamente como necesidad no necesaria?
Me entrego enteramente al momento.
Me siento perdida y sumergida en el abismo de la nada.
La nada que es lo todo.
Lo todo de un momento que se prolonga cada vez mas y mas...
y del cual no se me permite salir.
La vida se desconecta.
Parece ser como un sueño.
La realidad del Amor es locura.
La locura es la realidad del Amor.
Amor como no se percibe en ningun ser conocido o por conocer...
aun cuando se recibe en pequeñas gotitas de los seres mas amados.
Los seres amados se nos van muy pronto en este vivir.
Por eso Dios calla.
Amor como ese Crucificado ...
jamás habrá de entregárselo de nuevo al Padre.
La Palabra única ya se nos dió.
Amémosle con mayor fervor y absoluta entrega.
Es suficiente.
Es Amor.