Tuesday, June 16, 2009

Identidad y Misión de la Mujer:

Identidad y Misión de la Mujer: Hacia una visión de la vocación femenina en la familia, en la Iglesia y en la sociedad


Es necesario despertar la conciencia de nuestra identidad y tomar conciencia del proyecto que Dios ha puesto en nuestros corazones. (Santa Teresita de Jesús decía que quería estudiar para poder dar su propia visión de Dios y de las cosas).


El principal propósito o mensaje del tema es el de intentar descubrir desde nuestros propios ojos nuestra realidad, rescatar todo lo que hay en las mujeres a través de la Biblia para descubrir cuál es nuestra verdadera misión.

Desde el Libro del Éxodo, mujeres parteras Sifrás y Puja, Raquel, Judith, Ana, madre de Samuel y María de Nazaret con la cual tomamos ese canto del Magnificat. Reflexionó sobre el encuentro de las mujeres con Jesús: Martha y María y sobre las citas bíblicas: Mc 14, 3-9; Lc 1, 36; Mc 16, 9ss; Jn 11 y 12; y Mt 26,6.

Solicitándonos profundizar en el tema a través de estos compromisos.
1. Leer la Biblia y analizar ¿qué nos dicen las mujeres?
2. Aprender a hablar como mujeres. El lenguaje es el que puede hacer posible que hablemos como mujeres y no como hombres.
3. Mantener la vista siempre sobre el Crucificado y la Virgen Madre a sus pies.

Con la cita del Papa Juan Pablo II “Ustedes son los protagonistas de su historia”, y con la reflexión… nosotras, las mujeres somos las que damos la vida por lo tanto tenemos que estar dispuestas a dar nuestra propia vida.

El ardor del amor eleva a las almas a la presencia de Dios

"... El Señor está siempre dispuesto a darnos amor,
vamos a optar por recibirle con corazones abiertos, y expansivos..." (San Agustín)


La llama que arde dentro de cada uno de nosotros --
existe desde el principio, ya que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios.


Lo que hacemos nosotros con esta llama, y cómo mantenemos esa llama ardiente
depende de las decisiones que tomamos al vivir nuestras vidas en esta tierra (peregrinación terrena).


Si pudiéramos vernos a nosotros mismos con los ojos de nuestro Creador (que es toda bondad) nos esforzaríamos desde el principio, a hacer el bien y caminar en la caridad a nuestro prójimo (todos con los que nos reunimos, vivimos y trabajamos).


De esta manera, la llama que ha sido 'depositada' en nuestras almas / nuestros corazones, crecería - por la continuación de la gracia de Dios -- que nos sostiene en nuestro caminar de fe.


La llama del amor mas pequeño, al ser "avivada" por la gracia del amor infinito de Dios, crece más grande (abarcando a todos) cuanto más amamos en la bondad de Dios, y cuanto más amor - a través de la gracia de Dios. La llama ardiente sigue creciendo hasta que se consume (es consumada) por el Amor que ha creado todo.