Tuesday, April 10, 2012

Jesús, en Ti confío...Novena a la Divina Misericordia

Quinto Dia de la Novena...

Hoy, tráeme a las almas de los hermanos separados y sumérgelas en el mar de mi misericordia. Durante mi amarga pasión, desgarraron mi cuerpo y mi Corazón, es decir, mi Iglesia. Según regresan a la Iglesia, mis llagas cicatrizan y de este modo alivian mi pasión...
Jesús misericordiosísimo que eres la bondad misma, tú no niegas la luz a quienes te la piden. Acoge en la morada de tu compasivísimo Corazón a las almas de nuestros hermanos separados y llévalas con tu luz a la unidad con la Iglesia y no las dejes escapar de la morada de tu compasivísimo Corazón sino haz que también ellas glorifiquen la generosidad de tu misericordia.

Padre eterno, mira con misericordia a las almas de nuestros hermanos separados, especialmente a aquellos que han malgastado tus bendiciones y han abusado de tus gracias por persistir obstinadamente en sus errores. No mires sus errores, sino el amor de tu Hijo y su amarga pasión que sufrió por ellos, ya que también ellos están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús. Haz que también ellos glorifiquen tu gran misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

La Hora de la Misericordia...

Una devoción especial se comenzó a esparcir por el mundo entero a partir del diario de una joven monja polaca en 1930.

El mensaje no es nada nuevo, pero nos recuerda lo que la Iglesia siempre ha enseñado por medio de las Sagradas Escrituras y la tradición: que Dios es misericordioso y que perdona y que nosotros también debemos ser misericordiosos y debemos perdonar.

Pero en la devoción a la Divina Misericordia este mensaje toma un enfoque poderoso que llama a las personas a un entendimiento más profundo sobre el Amor ilimitado de Dios y la disponibilidad de este Amor a todos – especialmente a los más pecadores.

El mensaje de Misericordia es que Dios nos ama a todos - no importa cuan grande sean nuestras faltas..nuestros pecados. Él quiere que reconozcamos que Su Misericordia es más grande que nuestros pecados, para que nos acerquemos a Él con confianza, para que recibamos su Misericordia y la dejemos derramar sobre otros. De tal manera de que todos participemos de Su alegría.

"A la hora de las tres imploren Mi misericordia, especialmente por los pecadores; y aunque sea por un brevísimo momento, sumérgete en Mi Pasión, especialmente entra en el momento de mi gran agonía cuando muero sobre la Cruz por amor a ti. Esta es la hora de gran misericordia para el mundo entero. Te permitiré entrar dentro de Mi tristeza mortal. En esta hora, no le rehusaré nada al alma que me lo pida por los méritos de Mi Pasión."

Monday, April 9, 2012

¿Qué es un Matrimonio Saludable?

Existen por lo menos dos características que todo matrimonio saludable tiene en común: Primero, la pareja se edifica mutuamente y Segundo, ambos tienen un profundo respeto del uno por el otro. 

Es una relación de satisfacción mutua que es beneficiosa para el esposo, esposa e hijos. Es una relación que esta comprometida a un continuo crecimiento, al uso efectivo de las habilidades de comunicación y al manejo exitoso de habilidades para resolver conflictos.

Presencia de Jesús


“Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo, en medio de ellos” (Mat 18, 20)



Thursday, April 5, 2012

Séptima Palabra: Padre… en tus manos encomiendo mi espíritu…


Pensando solamente en cumplir con la voluntad de Dios Padre, todo lo entrega Jesús por amor.

La entrada en el mundo espiritual es siempre un misterio que sobrecoge el ánimo. Por esto, todos miramos con prevención, sino con horror, el momento inevitable de la muerte. Estamos tan acostumbrados a un mundo de leyes tangibles que conocemos, al cual nos hemos acostumbrado, que a casi todo el mundo causa un sentimiento de espanto entrar en las regiones de lo desconocido, de la muerte.

Esta prevención y temor no podía existir en el divino Hijo, en el Verbo encarnado; sin embargo, le oímos exclamar: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu." ¿Por qué?

La experiencia del Salvador como hombre ha de ser la nuestra también de un modo inevitable; todos hemos de pasar por este sombrío valle. ¿Cuándo?, ¿cómo? No lo sabemos, pero ha de venir dentro de pocos años. ¿Podremos dirigirnos entonces a Dios del mismo modo que nuestro Salvador lo hizo? Si Él es nuestro Padre, ¡podremos! La gran cuestión para nosotros es: ¿Qué debo hacer para que lo sea? Tenemos la respuesta en Juan 1:12 y Efesios 1:5. La muerte redentora de Cristo es la garantía de que podremos terminar nuestros días con la misma confianza que El, si le hemos aceptado como nuestro Salvador y Señor. Solamente entonces podremos decir con gozo: ¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu! Llévalo como quieras y donde quieras, por este universo misterioso, insondable, invisible, donde hay enemigos poderosos no sujetos aún; pero en el cual Tú reinas porque eres el Creador y Señor Todopoderoso. ¿Podremos decir esto cuando la hora llegue? ¿Podremos enfrentarnos con una realidad tan misteriosa y desconocida sin temor alguno?

Séptima Palabra: Padre… en tus manos encomiendo mi espíritu…