Saturday, March 6, 2010

La generosidad: una señal de santidad

¿Cuentas con la dulce caricia de una mano generosa? ¿Una mano de una persona que generosamente te recoge en tu andar quebrantado? ¿Una mano que sabe como sanar las heridas sin causarnos más dolor o daño?

Esa mano generosa, amorosa...es la dulce mano de Dios, en la persona de Su hijo, Jesús.

Recordémoslo siempre, nuestro Dios es un Dios generoso, misericordioso...pero también es justo. Si nosotros obramos con generosidad hacia los demás, nuestro Señor también se apiadará de nuestra pobreza y nos recogerá en nuestro andar quebrantado...y nos sanará para estar como nuevos en unión de Su Ser para siempre.

¡Seamos generosos...para llegar a ser santos...como Dios manda!