Tuesday, July 27, 2010

¿Qué hacer con el dolor?

El dolor es una parte normal de la experiencia humana. Somos plenamente humanos cuando experimentamos el dolor en nuestras vidas. El dolor puede venirse como una visita corta o una larga estancia. Para mí, el dolor era como una alergia que tenía que aguantar, o no. Pero el elegir vivir con un dolor constante o el huir de él, no nos ayuda a crecer y aprender del mensaje más profundo que este aporta a nuestras vidas.

A veces, ayudas temporales son útiles para hacer frente a un abrumador momento de dolor. Pero tarde o temprano es mejor hacerle frente a la razón principal o causa del dolor, y arrancarlo desde las raíces, en su núcleo. Para esto es el dolor. El dolor es para avisarnos de un enemigo interno. El dolor en sí no es el enemigo. Muchos de los que optan por vivir con el dolor y son miserables, viven desperdiciando este precioso “regalo”; y la oportunidad dada a fin de aprender a perseverar y fortalecerse en el Espíritu.

Si el dolor se debe a una enfermedad física, tenemos que escuchar lo que el médico le recomienda como una cura, y seguir obedientemente sin demora. Si el dolor es emocional, podemos extender la mano y estar al servicio de otros que también pueden estar sufriendo y de esta manera caminar unidos hasta superar el dolor, juntos.

He caminado con otra persona que le dolía de la misma manera que me dolía a mi después de perder a un hijo. Ella se convirtió en mi pequeño rayo de esperanza cuando mi vida parecía sin esperanza. Al mismo tiempo, me convertí en un instrumento de la paz de Dios para ella, cuando su corazón estaba inquieto y temeroso. Todos tenemos la gracia dada por Dios nuestro Señor, para elegir entregar todo el dolor vivido y unirlo a los sufrimientos de Jesucristo en la Cruz. De esta manera, animados por la fuerza interior de Dios en el Espíritu Santo, nos convertimos en participantes en el Calvario unidos al yugo de Cristo (quien lleva ya todo nuestro dolor).

Tenemos la capacidad de elegir una de dos: a regocijarnos en el dolor y vivir, o estar angustiados por el dolor y morir. ¿Qué vas a elegir?